Playas para perros

Hasta hace muy poco, hablar de perros y playa era un tema tabú. A las personas que conviven con perros no les estaba permitido acercarlos a ninguna de las playas existentes.

Por encima de la Ley de Costas Nacional (1988), que explica qué puede o no hacerse en los arenales, cada Ayuntamiento de ciudad costanera se responsabiliza sobre la regulación del acceso de perros en sus playas. En algunos casos el Ayuntamiento de la localidad decidía prohibirles absolutamente el acceso, fuese cuándo fuera. Pero aparecieron otros ayuntamientos que, aunque no les permitían el acceso durante la temporada de baño –de mayo a septiembre-, sí lo hacían durante el resto del año. De esta forma, a principios de octubre la playa empezaba a llenarse de perros con sus respectivos dueños.

Quienes se atreven a dejar sueltos a los perros en playas no adaptadas son castigados por la Policía Local, avisada con anterioridad por los bañistas indignados debido a la invasión de su espacio. Estos se exponen a multas de hasta 3.000 euros según las reglas de cada municipio, como en Tarragona donde el Ayuntamiento considera penas de entre 750 y 1.500 euros.

En Ametlla de Mar había muchos vecinos que se quejaban porque cada vez que iban a pasear el perro y acababan en la playa recibían varias multas y quejas de los bañistas que se encontraban en ella. Después de descubrir que eran muchos a quienes preocupaba el tema y de hacer correr la voz, a finales del pasado año 2011 se recogieron firmas de cientos de propietarios de animales porque no eran pocos los interesados en la iniciativa para poder traer consigo a los perros en la orilla.

Frente la alta demanda, el Ayuntamiento de Ametlla de Mar decidió adaptar la playa Bon Caponet para satisfacer al modelo de turismo familiar que abunda en la zona y que posee animal doméstico, además de los habitantes afectados.

En Catalunya, desde hace unos dos años, la playa de la Rubina en Castelló d’Empúries (Empuriabrava) tiene una zona habilitada para quienes quieran acceder con sus cachorros. Así pues, la cala de Bon Caponet es la única que permite al completo el acceso de perros a partir de este año 2012 junto a la pequeña Caleta del Cementiri, también en la misma localidad.

La sensación de satisfacción que da a los dueños pasearlos y dejar que se adentren en el mar sin tener que pensar en las posibles quejas es una ventaja para muchos que no se lo pensarán dos veces a la hora probarlo.

¿Qué pensáis vosotros respecto este tema?

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